Tres eran tres las hijas de Elana, y de las tres,
ninguna era buena
IU/PCE y Podemos siguen a la greña (aparentemente). Ubicados en el mismo espacio ideológico de apoyo irrestricto al PSOE, parecería que fuera razón suficiente para que tuvieran paz e incluso gloria. Pero no. La guerra desatada entre ambos confirma que no están en el lugar para lo que dicen estar. Los muchos sueldos que se generan desde un ministerio, la desconfianza en el «Sumar» de Yolanda contra el agarrase al clavo ardiendo de Díaz como única esperanza para sobrevivir (electoralmente) o el punto final de Podemos están sobre la mesa.
Sale Enrique Santiago (líder del PCE) de la Agenda 2030, dependiente del ministerio de Derechos Sociales que dirige la dirigente de Podemos Ione Belarra, y entra Lilith Verstrynge, de Podemos. ¿Por qué? ¿por razones ideológicas? Ni hablar, es por problemas de confianza (dicen).
Lo ocurrido en Andalucía (un auténtico culebrón) dejó mal parada a Unidas Podemos en el plano electoral. Se escenificó la falsa paz de en una campaña plana donde intentaron ocultar las desavenencias que, irreversiblemente, estallaron la misma noche de los resultados electorales. Los puestos a repartir son menos y el matrimonio estalló.
Va a tener difícil el PSOE en rejuntar a lo que pueda haber a su izquierda (reformista e institucional), pero la campaña mediática de apoyo a Yolanda Díaz intentará hacer lo que pueda. La farsa busca su avenida para avanzar pero hace tiempo es un camino pequeño y sin salida.