EL INFLACIONISTA COMPULSIVO
Alejandra Correa.Los precios subieron en junio y cerraron con un aumento del 10,2% interanual, la tasa más alta desde 1985, por el tirón de alimentos y combustibles, según ha confirmado este miércoles el dato adelantado el Instituto Nacional de Estadística (INE).Entre los grupos más afectados, los alimentos crecen un 13,3% en un año. El otro gran culpable son los carburantes. El grupo de electricidad, gas y otros combustibles se dispara un 40% anual. El transporte, por arrastre, se encarece un 19%. Mes sobre mes, los precios se encarecen un 1,9%. En el acelerón de precios, solo en junio ya se vieron incrementos notables en frutas frescas (11%), gasolina (10,8%) y gasóleo (9,2%). La inflación subyacente, que no tiene en cuenta la energía o los alimentos frescos, está igual de desbocada, alcanzando el 5,5%, tasa más alta desde agosto de 1993.
A todo esto se suma ahora la paridad entre el euro y el dólar, que amenaza con encarecer las importaciones energéticas de los países de la moneda común. A modo de ejemplo, saldrá más caro el gas licuado que la UE importa de EE.UU., hoy principal proveedor de España, o los derivados del petróleo.
En este contexto, sigue expandiéndose la batería de medidas que ha anunciado el Gobierno de PSOE-UP para intentar paliar la crisis. En el discurso inaugural del debate sobre el Estado de la Nación de este pasado martes, se anunciaron nuevas medidas “sociales” para que queden en los titulares de prensa: el aumento de becas de 100 euros a estudiantes menores de 16 años, bonificaciones en transporte ferroviario de Renfe o nuevos impuestos a las compañías energéticas y a bancos. Sin embargo, estas medidas son absolutamente insuficientes en el contexto actual de inflación y de pérdida permanente de nivel adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares.
El propio incremento en el gasto militar ya se va a tragar los 2.000 millones que se esperan recaudar de impuestos a las energéticas y los 1.500 millones a los bancos. Un gasto militar extraordinario que es maquillado como una “inversión en industria” y en “puestos de trabajo” por el propio Sánchez.
Según Carlos Martín, director del Gabinete de Estudios de CCOO “tenemos precios altos sin que los salarios suban. Las empresas están trasladando ya todo el aumento de los costes a los precios, para mantener los beneficios, y eso lo están pagando las familias", explica. Lo que significa que en el primer trimestre de 2022, los beneficios empresariales fueron responsables del 83,4% de la inflación.
El sindicato prosigue planteando que los beneficios empresariales fueron los responsables de más del 100% de la inflación, en concreto del 106,3%, debido a que hay un factor que hizo bajar la inflación: la bajada de impuestos a la electricidad como el IVA del 21 al 10% y los impuestos a la generación de energía.
Esta situación está lejos de tener fecha final. Según Funcas, la inflación se mantendrá por encima del 10% mínimo hasta septiembre. Este impacto sobre los bolsillos de los sectores populares y las clases populares está siendo brutal. Por ello se están empezando a ver paros y luchas que denuncian esta situación.
Frente a los think tank de la patronal y la banca que rechazan cualquier subida de salarios y que apuestan porque esta crisis la paguemos nuevamente los trabajadores y trabajadoras, hay que decir basta.
Son necesarias medidas que no hagan pagar la crisis a las de siempre, a la clase trabajadora y sectores populares, sino a aquellos que la han generado y más se benefician de esta situación y obtienen beneficios, es decir, a las empresas. En el contexto actual esto pasa por salir a luchar por aumentos salariales que verdaderamente se ajusten a la inflación, pero también por enfrentar a un Gobierno no que da salida a la clase obrera y los sectores populares, sino que mantiene los intereses de las grandes empresas y las políticas imperialistas que terminan agravando la crisis.