Siempre puede haber algo peor. Que los nazis desfilan por las calles pidiendo campos de exterminio, hay que apoyar a Vox que no van tan allá, que Vox crece y pide presencia en los ejecutivos, hay que apoyar al PP, que el PP hace políticas reaccionarias, hay que apoyar al PSOE, que el PSOE se escora a la derecha, hay que decirles que se equivocan y que vuelvan al redil. La estrategia, la ideología, de la llamada izquierda institucional pasa inequívocamente por apoyar al menos malo.
Una vez renunciado a los grandes cambios del sistema, queda acomodarse a lo que el cuerpo (institucional) vaya pautando. Y la justificación es fácil, hago esto porque si no vienen los otros que son peores. De combatir con uñas y dientes a todo lo que represente el capitalismo no hablamos, la gente no entiende de estas cosas, y esto del capitalismo en Europa es lo menos malo que se ha inventado. Lo llaman pragmatismo y realpolitik.
En este sentido Inmaculada Nieto, la candidata a presidir la Junta de Andalucía, de la coalición integrada por seis fuerzas políticas, entre las que destacan IU y Podemos afirmó que, llegado el caso, de que el PP no obtuviera mayoría absoluta y dependiera de Vox, habría que dar una salida al problema y que se podría pensarse en una abstención que beneficiara a Moreno (Juanma, PP). Sería objeto de «una reflexión muy serena», dijo Nieto.