CACIQUITO MINERO.................................Y EL MINERO EDÍL "VELETA"

ANTONIO MARCELO VACAS. El proyecto de la mina de litio en las afueras de Cáceres, rechazado públicamente por la ciudadanía cacereña y los movimientos ecologistas regionales, y que hasta hace unos días también el alcalde de Cáceres, Salaya, repudiaba, con manifestaciones, a cuál más tajante, al respecto, hasta que, con una inmensa desfachatez ha practicado ladinamente el Donde dije digo, digo Diego, va a patrocinar, interesadamente, a un equipo de baloncesto cacereño, el “Cáceres Ciudad de Baloncesto”.El proyecto de mina de litio, que se pretende instalar en la zona de Valdeflores, en la Sierra de la Mosca cacereña (zona conocida popularmente como la “Montaña”), lo dirige la empresa australiana Infinity Lithuim y su filial, Extremadura Energies (ENE), y hasta la actualidad no había sido acogido ni política ni judicialmente, porque ni urbanística, ni medio ambientalmente, como está demostrado, es de recibo el proyecto minero.
Como el proyecto primigenio de mina a cielo abierto, era una patente barbaridad que solo regiones del Tercer Mundo asumen, por sus características autoritarias y subdesarrollistas, la empresa promotora del proyecto minero, pretende encubrir las consecuencias nefastas de la mina, maquillando sus objetivos, y para ello, prepara un proyecto de mina subterránea, que Fernández Vara ya ha declarado públicamente, espera, para darle el nihil obstat, fase primera de la política “operación mina la queráis o no”, y que culminará, si nada lo impide, el mediocre y nefasto Salaya en su segunda y obligada legalmente fase, estimando el proyecto, respecto a lo cual, no se sabe la verdadera “causa”.
El caramelo dulce, que todas estas empresas rapiñadoras de recursos naturales ajenos, cuya labor explotadora en nada incide en el desarrollo de la zona donde se instalan (ahí están Almaraz y Navalmoral de la Mata para acreditarlo), carentes de escrúpulos medio ambientales, presentan, es centrar el proyecto, en sus supuestas por indemostradas, repercusiones económicas, y en este caso anuncian, sin prueba alguna, que la inversión sería de 600 millones de euros, y crearía un millar de puestos de trabajo. No se lo creen ni ellos.
Los daños económicos, por el impacto contaminante, están por evaluar, pero seguramente, de cuantificarse, superarán la cifra de inversión indicada.
Ya se anuncia mediáticamente, que la empresa minera con su patrocinio, haría salir al club cacereño de baloncesto de las graves carencias económicas que padece, y que limitan su desenvolvimiento en la LEB de Oro.
A la empresa minera, nada le importa el baloncesto local, ni los apuros económicos del club a patrocinar, y menos la salud de los cacereños, pero ha sido informada, por sus “consejeros” locales y regionales, de la afición de una parte de los cacereños hacia el baloncesto, por lo cual pretenden que su logo se muestre en las camisetas de los jugadores de basket, humanizando su proyecto, así como darse a conocer, de manera subliminalmente amable, entre la población cacereña.
Población, a la que se pretende engatusar y desmovilizar, patrocinando a un equipo local de baloncesto, relativamente bien situado a nivel de ligas, porque en el futbol local, no existe tal posibilidad. Población a la que se pretende contaminar sin ningún escrúpulo, porque están demostradas las consecuencias contaminantes de una mina de litio, ya sea a cielo abierto o cerrado, y ahora que los promotores, ya han conseguido, “incomprensiblemente”, llevar a sus filas al alcalde de Cáceres, se pretende hacer lo propio con la sociedad cacereña mediante una burda actuación, ya que, al margen de un pretendido lavado de cara local, la empresa minera no consigue con su patrocinio deportivo, ningún beneficio publicitario más allá de nuestras fronteras, porque el único beneficio que pretende, es instalarnos una mina de litio, a las puertas de nuestros domicilios.
En resumen, el apoyo al “deporte” cacereño, es una treta, una especie de Caballo de Troya, para colarnos, por parte de unos depredadores económicos de recursos naturales, colonialistas sin escrúpulos, al fin y al cabo, una mina de litio para enriquecerse con ello, hasta que la mina se agotara, a costa de contaminar a la población cacereña.
Y es que al partido gobernante en Extremadura desde 1983, con un corto intervalo mimético de cuatro años, parece que no le basta que desde entonces seamos una tierra que practica el desarrollo del subdesarrollo, en todos los ámbitos socioeconómicos y culturales, con demografía menguante, sino que, además, se han marcado como objetivo, potenciar cuanta empresa contaminante pretenda implantarse en la región.