Antonio Marcelo vacas
“En Extremadura ya no hay pobres” Juan Carlos Rodríguez Ibarra, “Más que palabras”. 1991.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, fue un mal presidente de Extremadura (Octubre de 1982-Mayo 2007), en los primeros años presidió una Comunidad con graves dificultades, y él fue una dificultad añadida, a cuyo egocentrismo, ausencia de escrúpulos, ambición desmedida y torpeza, hay que agradecer la situación que padece actualmente Extremadura, después de 25 años de mandato y, diecinueve meses de ibarrismo “sin” Ibarra que practica su heredero, y alter ego.
De la mitomanía dice el diccionario de la Real Academia de la lengua castellana, que se trata de una tendencia morbosa a desfigurar la realidad y a mitificar exageradamente a personas o cosas. Partiendo de este solo concepto, se puede afirmar que el gobierno extremeño, es mitómano sistemático desde 1982, pues ha utilizado, durante y “después” de Ibarra, este recurso por norma en la lucha ideológica idealizando al líder y a su obra.
En Extremadura vivimos un conflicto desde que Ibarra accedió al poder en este territorio. Unos extremeños, tratan de que apenas les dejen vivir, otros pretenden tener un empleo y un salario digno, otros luchan por establecer una sociedad más equitativa en los marcos de la democracia, una sociedad más igualitaria.
Todos los anteriores tienen en Extremadura, desde 1982, a un solo antagonista, encarnado en la oligarquía caciquil autoritaria y excluyente, que no ha dudado en ejercer la violencia síquica, la corrupción, el clientelismo y en usar discursos y mitos todos ajenos, para justificar esa violencia estructural que los mantiene en el poder.
En Extremadura, ya lo hemos dicho, no se respetan los derechos humanos y, su población, ha sido diezmada los últimos 26 años.
Lo que ha devenido en un auténtico régimen pretende acabar virtualmente con los gravísimos problemas sociales y económicos que padece Extremadura, consecuencia de décadas de degeneración política y sumergirnos en un paraíso irreal de la felicidad.
Existe así púes un orden de necesidades prioritarias, el cambio en Extremadura, pasa obligadamente por eliminar la estructura caciquil creada por Ibarra y de la cual forma parte Guillermo, y para ello es condición sine qua non, que el partido/secta que políticamente utiliza el Régimen para gobernar, pierda la mayoría en la Asamblea de Extremadura y poco a poco se extinga.
Y, tal pérdida va unida a unas elecciones regionales limpias hasta en sus mínimos detalles, y a un sensible incremento del nivel de concienciación popular de que Ibarra y su sucesor, y por ende su Régimen, son sinónimos de abuso, injusticia, desigualdad, corrupción, pobreza y retraso en todos los ámbitos.
La continuación de los gobiernos del partido/secta sumiría a la región extremeña en niveles mauritanos, y ya estamos actualmente, en lo que a la UE 27 concierne, a niveles de Letonia.
Y es que, y es una verdad irrefutable, e incuestionable por evidente, los inmensos recursos puestos a disposición de Extremadura, nacionales y europeos los últimos 26 años, se han utilizando preferentemente, en crear rentas coyunturales clientelistas, evitando la creación de riqueza productiva, y olvidando las necesarias reformas estructurales.
Veamos una vez más cuales son las principales características socioeconómicas de la región Extremeña en la actualidad, COMPARADAS con la situación que caracteriza a Extremadura cuando el Ibarrismo cogió el timón de la nave extremeña.
UNA.- La producción extremeña constituía en 1983, un 1,8% de lo producido por la nación española, en 2007, suponía un 1,6%.
O sea, NO NOS HEMOS DESARROLLADO LO MAS MÍNIMO.
DOS.- La población extremeña, en cuanto a densidad, es la menor de España desde hace 26 años. En 1981 constituía el 2,78% de los habitantes nacionales, y actualmente el 2,37, estando prácticamente desertizadas amplias zonas rurales de la región.
En términos absolutos esto supone una masacre demográfica adjudicable a que los extremeños sufren las consecuencias de la deteriorada economía regional. No se reproducen, emigran y envejecen.
TRES.- A nivel de la UE 27, Extremadura, en el año 2007, estaba 27 puntos por debajo de la media europea (100) en PIB per cápita, o sea éramos un 27% más pobres que la media europea, superándonos antiguos países satélites de la Unión Soviética en renta, como Eslovenia, 16 puntos, por encima de Extremadura, República Checa, siete puntos, al estar situados a niveles de Estonia o Eslovaquia.
CUARTO.- El año 2007, el producto interior bruto regional por habitante, era 16.109 euros, el menor de toda España, incluyendo a Ceuta y Melilla, último lugar en que ya estaba situada la región en lo que respecta a esta variable en 1983.
CINCO.- El año 1995, el producto interior bruto per cápita era en Extremadura 7.283 euros (un 64,1% del español), y la media española, 11.354 euros.
El año 2007, el PIB per cápita extremeño, era como hemos indicado 16.109 euros y la media nacional 23.412.
La diferencia PIB per cápita regional/PIB per cápita nacional, era en 1995 de 4.071 euros por persona, en el año 2007, tal diferencia aumentó hasta los 7.303 por persona. En ambos casos en contra de Extremadura.
Y, lo que es todavía más grave, esta variable la deduce el INE, dividiendo la producción entre la población, y así la población en 1995 de Extremadura y España era respectivamente de 1.063.589 y 39.387.976 habitantes.
En 2007, la población utilizada en la evaluación del PIB per cápita fue de 1.076.695 habitantes en Extremadura, 44.873.567 habitantes en España.
SEIS.- El año 1983, la región con mayor porcentaje de VAB (valor añadido bruto) debido a la agricultura era Extremadura, en 1995 y 2007 también 9,9 y 8,2% del VAB regional.
Comparado con España se observa el sobredimensionamiento del sector agrícola extremeño, lo cual condiciona su desarrollo: un 4,5% del VAB en 1995 y un 2,8% en 2007 a nivel nacional.
Como región en estado permanente de obras que es Extremadura, en 1995, la actividad constructora supuso un 12,1% del VAB, en 2007, tal porcentaje había subido al 16,7%, frente a un sector industrial estático durante el periodo 1995-2007, pues aportó entre ambos años un 6,6% del VAB regional, síntoma inequívoco del subdesarrollo extremeño.
El crecimiento de la construcción, hoy en recesión y con un millón de viviendas en stock sin vender, fue más suave a nivel nacional, ya que suponía un 7,5% del VAB nacional en 1995, y subió al 12% en 2007.
SIETE.- El sector productivo extremeño se sustenta en microempresas de menos de seis trabajadores, el 91% del tejido empresarial regional, muy poco innovadoras, y enclavadas en actividades en gran parte improductivas.
El sector exterior, extremeño carece de importancia a nivel nacional, la balanza comercial interna es gravemente deficitaria, la actividad turística es marginal y se encuentra saturada en su oferta con un grado de ocupación, por plazas del 36,27% de media anual.
OCHO.- Los trabajadores extremeños, son los peor retribuidos históricamente de toda España y los que padecen un mayor grado de temporalidad en sus empleos. Y también los que ofrecen una menor cualificación. Con la productividad más baja debido también al tipo de empresa que predomina en Extremadura.
NUEVE.- Extremadura actualmente presenta un índice de pobreza del 40% de su población, lo cual unido al nivel de ingresos y gastos familiares, el nivel de sus pensiones, y el nivel de vida medio de los extremeños, DONDE EXISTE UNA INJUSTA DISTRIBUCIÓN DE RENTA Y RIQUEZA INTERNA, acredita que la región era el territorio más pobre e injusto socialmente en 1982... y en el mismo lugar se mantiene después de 26 años de redistribución fiscal estatal y subvenciones billonarias europeas.
DIEZ.- Extremadura era la región con mayor desempleo en 1981 de todo el territorio español, y en idéntico lugar nos mantenemos, pese al desahogo al respecto que supone no tener presión alguna, ni demográficamente, ni por parte de una población activa que no se incrementa.
Los presupuestos de los sucesivos gobiernos regionales se nutren, hoy como ayer, en un 70% de transferencias y subvenciones exteriores, que se gastan en un 75% en gastos corrientes y apenas un 25% se invierten en crear riqueza.
Un 34% de tales presupuestos se dedican a costear funcionarios y cargos públicos regionales. Estos últimos con unas retribuciones seis, siete y diez veces superiores a la media regional.
Esta, y no otra, es la cruda y desesperante realidad creada por Ibarra y sus adláteres desde 1982. Realidad constatable, comprobable y evidenciable, que ha convertido a Extremadura en una zona marginal económicamente, retrasada e injusta socialmente y degenerada políticamente.
Y en esto llegó la depresión, que para Extremadura es una enfermedad añadida a un cuerpo socioeconómico gravísimamente enfermo...
¿Resistirá? A costa de la mayor parte de la ciudadanía pudiera ser. Pero lo dudo.