ARTURO DEL VILLAR..ESTE 7 de junio de 2023 Girona ha expresado públicamente una vez más su rechazo de la borbonidad, y su oposición a la existencia de la Fundació Princesa de Girona. Ha habido una batalla campal entre vasallos forzosos de los borbones y fuerzas policiales, ante las puertas de la Fundació, en la calle de Juli Garreta número 1. Los medios de comunicación social han criticado la brutalidad con que los policías llamados antidisturbios, aunque son ellos los causantes de los disturbios, auxiliados contundentemente por los Mossos d’Esquadra, atacaron ferozmente con sus porras a los manifestantes que protestaban pacíficamente contra la Fundació.
La Coordinadora Antimonàrquica de Girona convocó a una manifestación para protestar contra la celebración de diversos actos por la Fundació, ya que la provincia ha expresado reiteradamente su oposición a que los borbones utilicen como suyo el nombre de la provincia. Alrededor de dos centenares de personas partieron de la Plaça del Vi para dirigirse a la Fundació. Recorrieron pacíficamente la ciudad gritando consignas como “Fora els borbons, les més lladres del mon”, “La monarquia és porqueria”, “Catalunya no té rei”, y otros semejantes, que cualquier español hace suyos.
La calle de Juli Garreta estaba tomada por los llamados antidisturbios, dispuestos a organizarlos. Los manifestantes desplegaron pacíficamente una escala, por la que ascendía tranquilamente el portavoz de la Coordinadora, Quim Tell, con intención de colocar una pancarta con la inscripción “Fora la monarquia. Visca la terra”, con la que tantos estamos de acuerdo. Los Mossos zarandearon con violencia la escala, hasta derribar a Tell, que a causa de los empujones cayó sobre uno de los policías, por lo que fue detenido acusado él de “atentar contra agente de la autoridad”, cuando era él quien debía acusarlos de haber atentado contra su integridad física.
La llamada autoridad cargó con sus porras contra los manifestantes inermes, persiguiéndolos para que se disolvieran, lo que hicieron ante la brutalidad del ataque, aunque varios de ellos, y también Tell, fueron conducidos a la comisaría de Vistalegre para ficharlos y amedrentarlos. Por la noche quedaron todos en libertad con cargos.
La Coordinadora Antimonàrquica se opone a que la Casa Irreal utilice el nombre de la provincia “per blanquejar, apuntalar i recolzar una institució neofeixista, opresora i corrupta”, pero la opinión del pueblo nunca importó nada a los borbones, hasta que los expulsó.
Por eso mismo la Casa Irreal mantiene el título de princesa de Girona para la hija mayor de los reyes. Ya el pleno del Ajuntament celebrado el 26 de enero de 2016 acordó eliminar el título de Princesa de Girona, porque no representa a la provincia, y así se lo comunicó a la Casa Irreal, que no quiso darse por enterada del acuerdo. Otro pleno del 29 de junio de 2017 declaró persona non grata a Felipe de Borbón, y acordó quitarle todos los títulos y símbolos de autoridad, espada y bastón, que en otro momento se le otorgaron, pero tampoco esta vez el Casa Irreal se enteró.
Sí tuvo que hacerlo en 2018, cundo la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, se negó a permitir que la Fundació entregara sus premios en el Auditori—Palau de Congressos, por lo que debió hacerlo en un restaurante de carretera sito en Vilablareix, localidad de mayoría republicana en donde igualmente no es bienvenida la familia irreal.
Los borbones se han hecho siempre los sordos ante los gritos del pueblo contra ellos, hasta que son tan clamorosos que dan lugar a una Gloriosa Revolución, como en setiembre de 1868, o a una votación de advertencia, como en abril de 1931, y tienen que exiliarse a toda prisa. Pero es una dinastía tan deficiente, desde su iniciador el tontiloco Felipe V, que nunca aprende de la historia.
Tampoco los que no somos gironinos aceptamos que haya una princesa de Girona. Ni de ningún otro lugar. Las princesas a los cuentos.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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