Arturo del Villar
VAMOS a tener que pensar que el partido ultraconservador autoproclamado Popular lo es efectivamente, después de haber alcanzado la mayoría absoluta en las elecciones andaluzas el 19 de junio de 2022. Bien es verdad que el Gobierno nazional, presidido por el partido que usurpa el antes prestigioso nombre de Socialista, le pone muy fácil el triunfo con sus continuos disparates. Como republicano me resulta indiferente cuál de los dos partidos dinásticos ocupa el poder. Ambos son igualmente enemigos de la libertad, la igualdad y la fraternidad que constituyen nuestras señas de identidad. Nunca votaré por ninguno de ellos. Lo que me preocupa es imaginar cuánta aceptación popular adquiere la propaganda borbónica utilizada en su beneficio por los llamados populares.
La Juan Electoral Central les prohibió exhibir un cartel, ya muy distribuido por la región andaluza, en el que con abundancia de los colores azules adoptados como distintivos suyos, presenta al rey Felipe VI de Borbón abrazando al presidente del Partido Popular Andaluz y candidato a la presidencia del Gobierno autonómico, Juan Manuel Moreno Bonilla. Bajo el logotipo del partido nazional ostenta estos eslóganes imperativos: “Llevabas mucho tiempo esperando un presidente como éste… ¡Todos con Juanma! ANDALUCÍA AVANZA.
”Está prohibida la utilización de las imágenes dinásticas para la propaganda particular, además de constituir un grave desacato a la institución que este partido asegura defender, pero sus responsables se han atrevido a aprovechar la figura del rey en su beneficio por saber, en primer lugar, que el monarca está efectivamente con ellos, y además que los votantes conocen y aprueban la identificación del grupo político con la forma de Estado impuesta por la decisión personal del dictadorísimo para perpetuar su régimen genocida contra el pueblo español.
El problema que plantea a un republicano estos hechos consumados es saber hasta qué punto la intervención del rey en la campaña, aunque fuera sin su consentimiento, pero muy notoria, ha influido en el triunfo por mayoría absoluta del partido autoproclamado Popular. ¿Lo es realmente y acapara los votos de los andaluces? ¿Hasta qué punto se halla contaminado el partido con la dinastía borbónica? ¿Es posible achacar el indiscutible triunfo alcanzado al peso de la monarquía sobre la ideología de los votantes?
La presencia de los miembros de la familia irreal en Andalucía no promueve manifestaciones importantes ni en su favor ni en su contra, como sí sucede en otras regiones españolas. Es verdad que existe una clase social campesina desamparada, que protesta de su situación y en ocasiones promueve disturbios, pero se dría que no aspira a más. Ha habido siempre agitaciones revolucionarias en Andalucía, sin trascendencia histórica. No olvidamos que la Gloriosa Revolución de 1868 se inició en Cádiz, pero organizada en el Reino Unido de Gran Bretaña pos los exiliados.
¿Qué trascendencia tiene para el movimiento republicano el triunfo mayoritario del partido dinástico? A juzgar por los comentarios de los mismos andaluces, ninguna, Existe una clase social despreciada por los dirigentes políticos, que parece haberse resignado a su mala suerte. Las autoridades gubernativas conocen su situación, y para mejorarla les ofrecen pan y toros, procesiones y romerías. Los ricos vinos de la tierra disipan las preocupaciones. La influencia de la clerigalla sobre las conciencias contribuye decisivamente a resolver los problemas sociales mediante rezos. Cada andaluz pertenece a una cofradía religiosa, a la que entrega su tiempo y su ardor. Aunque el poder político lo ostente oficialmente la Junta de Andalucía, el poder efectivo se lo reparten los terratenientes y los clérigos. Ellos son los que mandan sobre las conciencias.
Así fue posible que desde 1978, con la Junta preautonómica, hasta 2019 mantuviera la presidencia de las instituciones el partido que usurpa el nombre de Socialista, una etapa repleta de sucesivos escándalos y corrupciones. Ahora toma el relevo el partido que se dice Popular. ¿Y qué opinan los republicanos andaluces, a los que no se ha escuchado durante la campaña? En cualquier momento nos lo dirán entre palmas y olés, al ritmo de sevillanas.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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