Un dato gracioso: sumando las listas de PSOE y PP en las próximas municipales, hay más de 100 candidatos imputados. La defensa del PP ante esta cifra es la presunción de inocencia: efectivamente, existe la posibilidad de que todos los casos de corrupción el Comunidad Valenciana resulten ser un malentendido, igual que podría ser que mañana mismo un viajero del tiempo nos trajera la solución a la crisis energética. Hay que estar abiertos a todo.
La defensa del PSOE, en cambio, es la estrategia de las churras y las merinas. Que sí, que hay candidatos imputados entre los socialistas, pero según Marcelino Iglesias, tercero del partido, los «casos de corrupción extendidos en las comunidades donde gobierna» el PP no pueden colocarse al mismo nivel que los de otros imputados «por cuestiones administrativas».
O sea, a unos los pillan echando mano de las arcas y es corrupción; si ocurre en un ayuntamiento socialista, en cambio, es un equívoco burocrático. Fíjate tú.
Pues nada, no te daremos el Gilipollas de la semana porque ese nos lo guardamos para políticos del PP. A ti, Marcelino, te daremos un galardón a la estulticia. Que es muy distinto.
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