Extremadura 1983-2021, demográfica y socioeconómicamente, degenerada

Según la Encuesta de Condiciones de Vida que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que dio a conocer ayer, el año pasado empeoró el de la población en riesgo de pobreza, que pasó también del 20,7% al 21,0%. La suma de ambos indicadores, el de riesgo de pobreza y el de carencia material severa, ha provocado que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, Arope (por sus siglas en inglés, At Risk Of Poverty or social Exclusion), que mide la pobreza relativa en Europa, se situé en el 26,4% de la población residente en España, frente al 25,3% registrado el año anterior,y el 7% de la población española se encontraba al finalizar el año pasado en situación de carencia material severa, frente al 4,7% de 2019. Este dato es el más elevado desde 2014, cuando, todavía saliendo de la Gran Recesión que arrancó con la crisis financiera de 2007, el indicador se elevó al 7,09%.
El porcentaje de población extremeña en riesgo de pobreza o exclusión social se situó en el 31,4% en el año 2020, el mayor de todo el país, y casi doce puntos por encima de la media nacional, que está en el 21%.Los ingresos medios en Extremadura por hogar fueron de 22.250 euros en 2020, un 3% más que el año anterior, frente a los 30.690 euros de la media nacional. En cuanto a los ingresos medios por persona, en Extremadura fueron de 9.147 euros, un 4% más que el año anterior, aunque continúan muy por debajo de la media del país, que está en 12.292 euros anuales.
Además, según esta encuesta, el 47,8% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; el 45% de los hogares extremeños no pueden permitirse ir de vacaciones al menos una vez al año en 2020, y un 9,8% de los hogares de Extremadura han sufrido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal en 2020. Con estos datos, la tasa de riesgo de pobreza, entendida como el porcentaje de población que se encuentra por debajo del umbral de riesgo de pobreza (60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo) en Extremadura fue del 31,4% en 2020, frente al 21% de la media del país.
Se considera que una persona está en situación de carencia material severa si vive en un hogar que declara tener carencia en al menos cuatro elementos de los nueve de una lista confeccionada por el INE y que incluye no poder permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, mantener la vivienda con una temperatura adecuada, no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos (de 750 euros), haber tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad…) o en compras a plazos en los últimos 12 meses, no poder permitirse disponer de un automóvil, de un móvil, de una tele o de una lavadora. De los nueve conceptos que determinan la inclusión de la población en situación de carencia material, los que más empeoraron en 2020 fueron, según el INE, haber tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en los últimos doce meses (13,5%, frente a 8,3% en 2019), no poder permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (10,9%, frente a 7,6%) y no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (5,4%, frente a 3,8% registrado el año 2019).
Aunque la pobreza va por barrios y por niveles de formación. El 36% de la población que ha alcanzado un nivel educativo equivalente a educación primaria o inferior estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en la encuesta de 2020 (con ingresos del año 2019). Por su parte, cuando el grado alcanzado era la educación superior, dicha tasa se reducía al 13,7%.
La encuesta arroja también un dato muy revelador sobre la situación del mercado laboral en España: que tener trabajo no elimina el riesgo de pobreza. Según los datos, el 15% de los ocupados se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión, un porcentaje similar al de los jubilados (16,7%), que sin embargo se dispara entre los parados hasta el 54,7%.

