Con amigos como este, nadie necesita enemigos

Está dispuesta a soltar todo el lastre que sea necesario para reinventarse, para resetearse, para resurgir como un majestuoso ave fénix. Apenas tres semanas después de su derrota en las primarias, Susana Díaz se ha lanzado a una carrera desesperada por recuperarse del golpe, sin darse un minuto de respiro, ni una tarde para las lágrimas. De momento, ha arrojado por la borda a los consejeros encargados del estado del bienestar (educación, sanidad y empleo) y los ha sustituido por gente más joven, profesionales de prestigio, más cercanos a la sociedad real.
La remodelación de su gobierno, es el último paso de una cascada de actuaciones que le ha llevado, desde el 21 de mayo, a adelantar el congreso regional del PSOE, examinar su pacto con Ciudadanos, presentarse a cuerpo descubierto ante la oposición y mandar un mensaje claro a los andaluces: la presidenta ha vuelto para arremangarse en estos dos años que restan de legislatura hasta los comicios autonómicos.
“Un gran cambio para un panorama distinto”, asegura. Una sensación de urgencia que se ha apoderado de Susana Díaz para recuperar músculo político, con el riesgo de que de las prisas salgan más Apenas tres semanas después de su derrota en las primarias, Susana Díaz se ha lanzado a una carrera desesperada por recuperarse del golpe, buenas para un titular en los medios de comunicación, que efectivas.
Apenas tres semanas después de su derrota en las primarias, Susana Díaz se ha lanzado a una carrera desesperada por recuperarse del golpe
Díaz reconoció el viernes que “hay que aprender de las derrotas; en ocasiones enseñan más que las victorias”. Vuelve a Andalucía, comunidad a la que había abandonado en los últimos meses mientras buscaba su futuro en Madrid, como un médico a palos, pero dispuesta a levantarse con rapidez, con el ejemplo en esos boxeadores que besan la lona durante un segundo, pero se reincorporan más fuertes y terminan ganando el combate.
“Hemos tenido un gobierno adecuado para gestionar los años de dura crisis, pero ahora entramos en una época diferente, vamos a tener recuperación económica y vamos a extender los derechos de la ciudadanía, como la gratuidad en la enseñanza universitaria o la renta mínima de inserción social”, señaló Susana Díaz en una entrevista con Canal Sur Radio, concedida en la mañana siguiente a su rápido cambio de colaboradores.
¿Y un cambio en sus relaciones con la oposición, especialmente con Podemos-IU? En la misma entrevista dejó la puerta abierta, pero siempre que la rectificación provenga de los demás. “El PSOE no tiene que depender de nadie, debe aspirar a ganarse la confianza mayoritaria de los ciudadanos”, reiteró, una posición que ha repetido mil veces. Aunque sabe que ese escenario es muy difícil y el apoyo de Ciudadanos ha dejado de ser un cheque en blanco para el futuro. En este contexto difícil, lanzó en Canal Sur un leve guiño a Podemos, al asegurar que “tengo siempre la mano tendida, pero ellos deben reflexionar este verano si les merece la pena defender a Andalucía o quieren seguir sosteniendo las pancartas de la derecha”.
Hay que aprender de las derrotas; en ocasiones enseñan más que las victorias”
Lo que da por seguro, siempre que Pedro Sánchez no perturbe la paz de los territorios, es que se ha acabado el susanismo dentro del PSOE. La costurera que quiso remendar el destrozo socialista tras los acontecimientos del 1 de octubre se ha quedado sin agujas y sin hilo. “Pedro Sánchez tiene todo el derecho del mundo a rodearse de quien considere más adecuado. Los más de sesenta mil compañeros que me votaron en las primarias ahora lo que me piden es que arrime el hombro, y eso es lo que voy a hacer”, insiste una y otra vez. Se acabó ya para siempre aquello de “a éste le quiero muerto hoy”. Porque como Lázaro, los muertos resucitan de vez en cuando para asustar.
Sí existe un tema en el que ya advierte que no va a cambiar: la defensa de la unidad y de la igualdad de los españoles. “A mí me enseñaron que para los socialistas lo primero es España, después el partido y, en tercer lugar, lo que nos pase a nosotros”, señaló en Canal Sur antes de considerar el proceso soberanista de Carles Puigdemont, “un engaño más, un teatro, y al final acabaremos en elecciones anticipadas. Porque a esta gente les importa más saber cuántos escaños puede lograr ERC, el PDECat o la CUP que preocuparse realmente por mejorar la vida de los catalanes”.