Kaos Extremadura

Mientras el peso de la crisis, originada por el capital, cae con toda su fuerza sobre la clase trabajadora, Méndez y Fidalgo siguen defendiendo la política general del gobierno y la conciliación con la patronal.
Muestran su conformidad con la política económica del gobierno frente a la crisis cuando apoyan la inyección masiva de dinero público a la gran banca y el capital multinacional (sector de la automoción…), dinero que pagaremos todos a través del endeudamiento del estado, en lugar de exigir medidas como la nacionalización de la banca, que permitirían arrancar de manos privadas el suculento negocio financiero y poner todos los recursos al servicio de la creación de empleo y el bienestar social. Tampoco está en el ánimo de los dirigentes de CCOO y UGT exigir algunas medidas elementales contra el intolerable nivel que está alcanzando el desempleo: trabajar menos para trabajar todos mediante una reducción generalizada de la jornada laboral por ley, combinada con una subida general de los salarios; anticipar la plena jubilación sin merma de la pensión a los 60 años; un plan de obras públicas destinado a aumentar el bienestar general (construcción de hospitales, guarderías, centros educativos…)…
Tanta complacencia con gobierno y patronal sólo puede tener un efecto sobre la política sindical. En lugar de, como propone la izquierda sindical, hacer frente a las agresiones generalizando y unificando las movilizaciones frente a los ERE’s y los procesos de lucha en los centros de trabajo, creando las condiciones para una huelga general que plantee una salida a la crisis favorable a los trabajadores, la propuesta de la burocracia de CCOO y UGT deposita toda la confianza en el diálogo social, del cual sólo pueden salir nuevos retrocesos en derechos en todos los terrenos (salarial, derechos laborales y sociales…), como viene sucediendo en los últimos años y como el que, con su participación, preparan contra el derecho a la jubilación y las pensiones públicas a través de la revisión del Pacto de Toledo.