Toma nota caciquito
Extremadura siempre ha sido un feudo del PSOE. De hecho, en los últimos 40 años ha tenido durante 36 años gobiernos "socialistas", y solo dos presidentes del PSOE, Ibarra y Vara. Sólo en 2011 el PP llegó a presidir el Gobierno extremeño con José Antonio Monago al frente, por la decisión que tomó entonces Izquierda Unida de no apoyar al candidato socialista Guillermo Fernández Vara, aunque con los escaños de ambas formaciones sumaban mayoría absoluta.Pero aquello duró sólo cuatro años. En 2015 Vara volvió a ser el candidato más votado y volvió al Gobierno, y ya en 2019 logró mayoría absoluta, y todo marcha de mal a peor, especialmente la demografía.
Actualmente, pese al subvencinarismo practicado por Vara,, esa mayoría absoluta es difícil que Vara la pueda repetir el 28-M según indican todos los sondeos y, aunque el PSOE seguirá siendo el partido más votado, el fiasco de lo ocurrido en 2011 -nadie esperaba un Gobierno del PP- sobrevuela por las cabezas socialistas, lo que indica el hartazgo de la sociedad extremeña, no subvencionada ni enchufada hacia el Régimen caciquil que asola Extremadura.
En principio, pese a los desprecios recibidos toda la legislatura, parece que Unidas Podemos, en decadencia, no volvería dejar gobernar al PP y, previsiblemente, si obtiene determinada representación, lo cual es muy dudoso, podría exigir un gobierno de coalición con el PSOE. El miedo entre los socialistas está en que no sea suficiente y que la suma de PP y Vox den la mayoría absoluta.
Pocas encuestas abren la posibilidad de un gobierno de la derecha y la ultraderecha, pero lo cierto es que el PP queda muy cerca del PSOE en intención de voto y en número de escaños. Como ocurre en otros territorios, se observa un trasvase casi directo de los votos y escaños que obtuvo Ciudadanos en 2019, donde logró el 11% de los sufragios y siete escaños. Así, los populares pueden pasar de los 20 escaños de 2011 a 26-27. A dos o tres escaños del PSOE.
Por ello, todo dependerá también del diferencial que haya entre los diputados que logre Unidas Podemos y Vox, ya que en casi todos los sondeos no contemplan que haya más formaciones políticas con representación parlamentaria.
Vox nunca ha tenido representación en la Asamblea de Extremadura, pero ahora se apunta que podría conseguir entre 3 y 5 diputados, una horquilla similar a la que podrá lograr Unidas Podemos, que sí logró cuatro escaños en 2019.
La apuesta por las renovables… y el tren
En cuanto a la legislatura, se podría decir que ha tenido un denominador común: la obsesión política de Vara por convertir a Extremadura en el territorio de las energías renovables de España y hasta de Europa, para seguir exportando electricidad, gratis total. La comunidad ya produce más de la cuarta parte (el 27%) de la energía solar de España lo que, junto con otras fuentes de energía, coloca a Extremadura como una de las regiones más importantes de Europa en este tipo de energía, y albergará el Centro Nacional de Investigación y Almacenamiento de energía en Càceres o la fábrica de celdas de baterías en Badajoz.
Como siempre, una asignatura pendiente es el tren que une a Extremadura con Madrid y pretende hacerlo con Lisboa y el malestar con este asunto en la sociedad extremeña es alto.
Por su parte, el PP presenta una nueva candidata que sustituye a Monago al frente del PP regional. María Guardiola será la rival de Vara este 28-M y, como principal hándicap en su contra tiene que es muy poco conocida en la región. En principio, es una apuesta a futuro salvo que diera la sorpresa a la primera.
Por su parte, renuevan candidatos Ciudadanos con Fernando Baselga; y Vox con Angel Pelayo, mientras que Unidas Podemos presenta a Irene de Miguel, una candidata muy cercana a la vicepresidenta Yolanda Díaz y a su proyecto de Sumar.
Si Extremadura no sigue gobernada por Vara se abriría una seria crisis en el PSOE regional, que perdería su mayor fuente de votos....subvencionados.