DÚO DE CACIQUES
ANTONIO MARCELO VACAS. Aunque la plaga caciquil se institucionalizó en Extremadura a partir de la conversión de la región, nominalmente, en Comunidad Autónoma, ya antes, en octubre de 1982, el “socialista” Juan Carlos Rodríguez Ibarra, accedió al cargo de Presidente de la Junta de Extremadura gracias al voto en la Asamblea extremeña, de dos diputados tránsfugas, y participó en las elecciones autonómicas de mayo de 1983, con la ventaja que proporciona, manejar a su favor todos los resortes del gobierno regional. El resto fue coser y cantar, puro continuismo de Ibarra, y su heredero Vara, despilfarro continuo de fondos públicos, para comprar voluntades privadas, y públicas, sacrificando con ello el crecimiento regional en todos los aspectos, pues después de 40 años de dominio “socialista”, con una sola interrupción 2011-2015 pura copia, el saldo social, económico, demográfico, cultural, político e institucional, es completamente negativo. Nefasto siendo exactos.
La inversión productiva ha brillado por su ausencia, la industrialización, como los nuevos trenes, nunca llegaron, no se han hecho jamás planes a medio o largo plazo, todo estaba supeditado al día a día, según surgían necesidades clientelares del sistema caciquil de gobierno, instalado por el PSOE en su exclusivo beneficio.
Y este caciquismo montaraz, se ha dejado sentir obviamente sobre la población extremeña, no solo porque la sistemática negativa situación económica, y la pobreza generada, haya repercutido determinantemente sobre la demografía, ocasionando un crecimiento vegetativo negativo, un grave envejecimiento poblacional, una emigración de la mano de obra cualificada, y una bajada en los habitantes en la región extremeña en términos absolutos, mucho mayor en términos relativos comparativos (España gana habitantes), sino porque nunca se organizado la región a través de planes de ordenación territoriales, que fueran mitigando el desequilibrio demográfico que caracteriza a Extremadura, y es uno de sus problemas seculares.
Así, a 1/1/2022, los habitantes de Extremadura eran 1.054.245 personas (de las cuales 34.947 eran extranjeros empadronados), 5.256 menos que en 2021, menor que la población existente en 1982 (1.068.985), la más baja, por no retroceder más, de los últimos 62 años.
El desequilibrio poblacional, se constata cuando existiendo 388 municipios en Extremadura, 218 (56,1% del total) están poblados por menos de 1000 habitantes, y suponen solo el 9,8% de la población regional.
Los municipios ocupados por entre 1001 y 10.000 personas, son 157 (40,4% del total de municipios), y acogen al 40,3% de la población extremeña.
Los municipios ocupados por entre 10.001 y 50.000 personas, son 10 (el 2,2% de los municipios), pero acogen al 21% de la población.
Los municipios habitados por entre 50.001 y 100.000 personas, son dos (Mérida y Cáceres), pero acogen al 14,7% de los extremeños.
Finalmente, solo existe un municipio que supere los 1000.000 habitantes, Badajoz, que supone el 0.2 % de los municipios y está poblado por el 14, 2 % de la población regional.
Resumiendo, por una parte, el 9,8% de la población extremeña, se ubica en 218 municipios, y por otra, en solo 13 municipios vive el 49,9 % de la ciudadanía extremeña, porque, en Extremadura, NI HA EXISTIDO PLANIFICACIÓN ECONÓMICA, NI HA EXISTIDO PLANIFICACIÓN TERRITORIAL. Todo se ha supeditado al día a día, la Junta de Extremadura, con “sus” 50.000 funcionarios, la clase política gobernante, a todos los niveles institucionales, y la Asamblea de Extremadura, mera correa de transmisión de los políticos, han dedicado todos sus esfuerzos a mantener el estatus quo sociopolítico(engordando el mercado cautivo del voto mediante el clientelismo), económico (MODELO ECONÓMICO INEXISTENTE), político (PRESUPUESTOS AL SERVICIO DEL VOTO COMPRADO), cultural (PAN Y CIRCO, INCLUYENDO ADORACIONES Y PROCESIONES) y territorial (ORDENACIÓN DEL TERRITORIO INEXISTENTE), que institucionalizó la Autonomía de 1983, instrumentalizada para servir de Caballo de Troya a dos fuerzas políticas reaccionarias, conservadoras y caciquiles, el PSOE y el PP. Derecha pura y dura.
Pero a los caciques extremeños, tanto del PSOE como del PP, no les duelen prendas a la hora de continuar dirigiendo una empresa llamada Extremadura, a la que han llevado a la bancarrota, malgastando los días de vino y rosa que acompañaron a la creación de la Autonomía, traducidos en llegada a la región de cuantiosos fondos europeos y fondos españoles a través de la redistribución fiscal, que fundamentalmente se gastaron clientelarmente en hormigón y ladrillos, subvenciones y gastos suntuarios, y clientelares, nada de planificar industrialmente, eso no cabe en una hormigonera.
Tal insensibilidad, ocasiona que los responsables de ambos partidos, achaquen la situación extremeña al lucero del alba, y sigan y sigan, elección tras elección, ocupando los primeros puestos de las listas cerradas, que elabora cada cacique principal, con el Neil Obstat central, y ocupando cargos públicos de máximo nivel.
Así, en el PSOE extremeño, hoy día propiedad de Guillermo bajo supervisión de la superioridad, quien a principios de 2023 ya cumple la edad de jubilarse de la profesión que prácticamente no ha ejercido, intentará revalidar su cargo, rodeado de sus incondicionales, (los Lemus, los Vergeles, los Valentines, y resto de los incombustibles profesionales políticos), y ya se anuncia la vuelta al ruedo político, de quien puede definirse como el paradigma del cacique extremeño, la materialización misma en su persona del caciquismo “socialista”, que en su día fue falangista, RAMÓN ROPERO MANCERA.
Para abreviar copio de Wikipedia los cargos ocupados por el susodicho, que, en febrero de 2023, cumple 70 años:
• Concejal en el Ayuntamiento de Villafranca de los Barros. (1983-1989/ 1999- presente)
• Alcalde de Villafranca de los Barros. (1983-1987/ 2003-2019)
• Presidente de la Diputación Provincial de Badajoz. (1987-1989)
• Consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Extremadura. (1989-1993)
• Diputado en la Asamblea de Extremadura. (1987-1993)
• Vicepresidente de la Junta de Extremadura. (1993-1995)
• Vicepresidente Primero de la Diputación de Badajoz. (2003-2015)
• Vicepresidente Segundo de la Diputación de Badajoz. (2015-2019)
• Vicepresidente Tercero de la Diputación de Badajoz (Desde 2019)
En el plano orgánico, fue Secretario de Organización del PSOE de Extremadura, siendo actualmente el Presidente del PSOE Provincial de Badajoz, y en el plano profesional es administrativo del Ayuntamiento de Villafranca de los Barros.
Ropero, siendo un dinosaurio político de Ibarra, ha continuado su interminable carrera política con Vara, porque controla una parcela del cortijo “socialista” y ha ocupado cargos desde los cuales practicaba el clientelismo, arrimando el hombro al proyecto caciquil regional.
Pues bien, está propuesto como candidato a la alcaldía de Villafranca, que perdió por méritos propios en 2019, desde donde podría dar el salto a cargos de mayor relieve y retribución, que ha venido ocupando los últimos cuarenta años.
Para conocer la catadura del susodicho, hay que recordar su intención de que una Refinería de Petróleo, promovida por Alfonso Gallardo, el constructor del PSOE, por Ibarra y por Vara, y sus socios, se instalara en Villafranca, lo cual finalmente no consiguieron por la oposición ciudadana, en la que participó muy activamente, este periódico.
El PSOE extremeño nunca se ha renovado, es un obsoleto y gastado vestigio del pasado, primero Ibarra, y luego Vara, como capataces del “Cortijo” han empleado, para su beneficio, las tácticas y juego sucio que caracterizan al caciquismo, para mantener Extremadura en un continuo desarrollo del subdesarrollo. Todo lo demás, paro, pobreza, incultura y desigualdad social, principalmente, son sus, consecuencias.