DINASTÍA FRANQUISTA
ARTURO DEL VILLAR. LA familia irreal ha ido a Caldes de Malavella para desafiar a los gerundinos (o gerundenses en castellano académico) que rechazan su presencia. Incluso Leonor de Borbón, que sigue ostentando el título de princesa de Girona, pese a estar oficialmente derogado, a sabiendas de que su padre tiene vetada la entrada en Girona, se empeñó en ir allí, acompañada de su hermana Sofía, para visitar la sede de la Fundació Princesa de Girona, en el carrer de Juli Garreta. Este acto no estaba previsto en la agenda del viaje, pero fue un capricho de la princesa y hubo que cumpirlo. Todavía es menor de edad, pero ya apunta maneras imperiosas esta actitud provocativa: no queréis borbones, pues tomad borbonas. Sale a su antepasada Isabel II con seguridad.
Leonor iba disfrazada de monje tibetano con un vestido largo de color naranja de mangas también largas y gran abertura lateral izquierda para enseñar la pierna. Las revistas feminoides han criticado su esperpéntica apariencia. Se comprobó que es más baja y más antipática que su hermana, y que evita sonreír para disimular la falta de muelas.
El 3 de julio llegaron las hermanas a la provincia de Girona, y dos días después lo hicieron sus padres los reyes católicos, para presidir la entrega de los premios de la Fundació Princesa de Girona. Como Felipe no se atreve a desafiar la prohibición en entrar en la capital Girona, el acto se celebró en el Hotel Camiral de Caldes de Malavella.
A sus puertas se concentró el medio millar de personas que se había manifestado por la carretera y las calles tras una pancarta con la inscripción “Fora la monarquia. Visca la terra”. Gritaban consignas antiborbónicas, como “Els Països Catalans no tenim rei”, y otras alusivas a la ilegitimidad de la monarquía española instaurada por decisión del dictadorísimo fascista. Convocó la manifestación la Coordinadora Antimonárquica, integrada por una veintena de entidades, agrupaciones, sindicatos y partidos.
Durante la marcha se originaron los habituales enfrentamientos con los mossos d‘Esquadra, que habían formado un cordón alrededor del hotel: estos jóvenes catalanes hijos del pueblo se muestran muy contundentes a la hora de contener al pueblo catalán en sus aspiraciones sociales. Efectos del uniforme seguramente.
Cuando el grupo iba por la carretera a medio kilómetro de la A—2 fue interceptado por la Brigada Mòbil y obligó a disolverlo. Los mossos acusan a los manifestantes de un delito de desobediencia y otro contra la seguridad del tráfico, por haber cortado una vía rápida con el riesgo que supone. Parece que los detenidos fueron puestos en libertad la misma noche.
En cuanto al acto podemos decir que resultó tan aburrido como todos los de su estilo. Dado que los manifestantes tenían prohibido el acceso al interior, no se produjo ninguna discrepancia. Las únicas autoridades presentes fueron Maritxell Batet, presidenta del Congreso; Raquel Sánchez, ministra de Transportes. Movilidad y Agenda Urbana; Carlos Prieto, delegado del Gobierno español en Catalunya, y Salvador Illa, jefe de la oposición en el Parlament catalán, el estrafalario ministro de Sanidad cuando se presentó la pandemia en Europa, que entonces nos parecía medio bobo, pero ahora parece bobo del todo.
Tanto la presunta triprincesa de Asturies, Girona y Viana trirrepudiada, como su padre el rey católico leyeron discursos en castellano, catalán e inglés, con los tópicos habituales: los escribas reales deben de estar mal pagados, o es que ninguna persona inteligente acepta ese trabajo denigrante. Las palabras de Leonor fueron para alabar a los cinco premiados, y las de Felipe para ensalzar la labor de la Fundació. Las palabras de los manifestantes fueron para exigir que desaparezcan la Fundació y su titular, las más sinceras de la noche.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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