Arturo del Villar
LOS medios de comunicación de masas nazionales, en su variedad de formatos, nos desinforman continuamente desde este 19 de mayo de 2022 sobre la visita del rey decrépito Juan Carlos de Borbón y Borbón a la localidad pontevedresa de Sanxenxo, para tomar alguna parte, aunque sea mínima, en una regata a bordo de su velero apropiadamente llamado Bribón. Es un verdadero Bribón, acostumbrado a ganar todo. De creerlos, han llegado al pueblo 180 periodistas representantes de un centenar de medios nazionales y extranjeros para informar de tan singular suceso, y además han ocupado absolutamente todas las plazas hoteleras y casas de alquiler de habitaciones unas ardorosas multitudes de españoles deseosos de vitorear al decrépito y aplaudir cada una de sus visiones a través de la ventanilla del automóvil que lo transporta hasta el Club Náutico, porque en el embarcadero los policías de servicio no permiten acercarse a él ni de lejos, que para eso les pagamos sus sueldos.
No han observado, por despiste notorio, las manifestaciones en contra de la visita, aunque son muy llamativas. Desde lejos, como es natural, porque los gorilas guardaespaldas y los servilones cortesanos montan un círculo muy vicioso en torno al decrépito, para evitarle incidentes causados por la repulsa provocada por su presencia. Por fortuna es posible fotografiar y grabar la realidad (de realismo, no de realeza), para demostrar que el pueblo gallego es contrario a la estancia del decrépito en su tierra.
Unas pancartas, con la corona real prohibida, anunciaban: Galiza non ten rei, eslogan semejante al exhibido en Asturies cuando pasa por allí la borbonería: Asturies nun tien rei, y que se repite en otros idiomas por la geografía española. También clamaban las pancartas a los cegatos periodistas: Galiza contra a monarquía española, y en letras versales muy destacada la expresión que une al pueblo en el deseo común: República Galega.
Para que hasta los más cortos de vista advirtieran el sentir de Sanxenxo ante la indeseada e indeseable presencia del rey decrépito en su tierra, quince personas formaron lo que podemos calificar como pancarta humana, ya que cada una de ellas cargaba con una letra de gran tamaño, que juntas formaban la expresión común causada por la visita: GALIZA NON TEN REI. Al decrépito no le permiten observar estas manifestaciones los guardaespaldas que le llevan de la mano, que para eso les pagamos sus salarios todos los vasallos, incluidos los que rechazamos la borbonidad que padecemos gracias a la herencia dejada por el dictadorísimo genocida.
Néstor Rego, diputado del Bloque Nacionalista Galego en el Congreso, ha hecho unas declaraciones que expresan la opinión del pueblo gallego, compartida por muchos españoles:
O Borbón fugado representa todo o contrario do que nós defendemos: a corrupción institucionalizada e un dos elementos máis antidemocráticos do réxime de 78, unha xefatura do Estado hereditaria, vitalicia e designada polo ditador Franco.
Por eso mismo la visita temporal del rey decrépito ha sido aplaudida por el partido que se dice Popular y por el ultraextremista Vox, que son los continuadores ideológicos de la dictadura fascista, los enemigos del pueblo al que pretenden seguir manteniendo en la mazmorra privado de sus derechos políticos y sociales. Los ciudadanos gallegos han hecho oír su voz en contra del Borbón y su Bribón, lo que viene a ser lo mismo. Es muy significativo que los medios de comunicación nazionales no la hayan escuchado ni tampoco visto las manifestaciones de repulsa.
Lo es tanto que demuestra la sumisión de los medios de comunicación al Gobierno, principal sustentador de la monarquía, para continuar recibiendo sus interesadas limosnas. Nadie confía en las informaciones facilitadas por esos medios, precisamente porque tienen muy demostrada su corrupción. ¿Cómo podrían denunciar la corrupción del multimillonario rey decrépito? No podemos escandalizarnos, teniendo en cuenta que vivimos en un reino. Suponer lo contrario resultaría absurdo.
Y aunque sea cierto que Galiza non ten rei en el ánimo de los gallegos, la realidad (de realismo) demuestra que todo lo que el dictadorísimo dejó atado y bien atado, lo sostienen esos grupos políticos declaradamente fascistas, con la colaboración de los periodistas, los militares, los policías, los magistrados y los carceleros que han escogido esos oficios y les pagamos el sueldo para que los ejerzan, lo que parece un suicidio colectivo. Por si valiera para algo, declaro que yo tampoco tengo rey en mi ánimo.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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