Félix Barroso Gutiérrez
Me da cierta pena, en este segundo meridiano de enero, cómo los cerdos que andan por nuestras montaneras, ajenos a lo que les espera, siguen correteando, hozando, gruñendo y empujándose unos a otros bajo las encinas, alcornoques y robles. Ya tienen la categoría de “cebónih”, pues por estos abarrancados terrenos el puerco recibe diversas denominaciones, según el momento de su trayectoria vital: “guarrápuh”, “lichónih”, “marranchónih” o “tohtónih”. Me da pena porque muchas tardes, en mis trotes por espacios adehesados, se me acercan en ocasiones, como si fuese alguien más de la familia, y siguen un trecho tras de mí, mientras siguen refunfuñando por lo bajo, con la cabeza gacha y olisqueando cualquier brizna del suelo.
Si me rodeo y los espanto para que vuelvan a la querencia de los espacios que dejaron atrás, frenan en seco, se me quedan mirando sin saber a qué vienen mis gesticulaciones y, como yo insisto, dan fuertes bufidos, se apelotonan y se pierden entre las jaras o por otros zigzagueantes caminos.
Engordar para morir. No soy vegetariano y mucho menos vegano. Pero allá cada cual con sus gustos, que en ello no me meto. Mi persona hace suyos aquellos versos de “La vida poltrona” de nuestro satírico, zumbón, grotesco, negro, burlesco, inconformista, revolucionario y novedoso Francisco de Quevedo: “Haga yo mi olla con sus pies de puercos // y el llorón judío haga sus pucheros. // Denme las mañanas un gentil torrezno // que friendo llame los cristianos viejos. Tripas de la olla han de ser revueltos/ longanizas largas y chorizos negros” (lo de los “chorizos negros” se debe a que, en aquellos años a caballo entre el siglo XVI y XVII, aún no se había extendido el uso del pimentón). Me considero, como miembro de la especie humana, un ser omnívoro, por lo que no se excluye la carne.
Además, sabemos que nuestro colon es más bien corto, lo que se traduce en que el tránsito por nuestro tubo digestivo sea más rápido, lo que dificulta la absorción de las materias vegetales ricas en fibra. Nuestros antepasados del género “Homo” se percataron, en su etapa evolutiva en las sabanas y estepas semiáridas y estacionales del África subtropical, que la ingestión de carne les dotaba de una mayor energía para sus quehaceres cotidianos. Nuestro metabolismo la digería bien y, en tiempos modernos, se comprobó que aportaba, además aminoácidos esenciales y otros micronutrientes. Pero, claro está, carne de animales que pasten al aire libre; no de los que hormonan, encarcelan, torturan, inmovilizan y alimentan con piensos atiborrados de químicas.
Ya están llegando los camiones del pueblo salmantino de Guijuelo a nuestras dehesas boyales y comunales. Agoniza la montanera. Se pesan a los animales, se extiende el cheque y, ¡hala!, todos amontonados en la caja del camión camino del matadero. Más tarde, aparecerán los embutidos y otras chacinas en las tiendas, de los que cuelga la etiqueta: “Denominación de origen: Guijuelo (Salamanca)”. Y resulta que los marranos se criaron y engordaron en tierras extremeñas. Me vienen a la memoria aquellos días cuando alegraban las calles del pueblo los vendedores de tripas para la matanza familiar del gorrino. En el ultramarinos de mis padres, siempre dejaban un montón de mazos de tripas secas, para atender la demanda de los vecinos.
Decían que eran tripas de búfalo y que venían de la India. Tenían un olor especial. Recuerdo perfectamente la figura del tripero, su sombrero de paño y su chambra agrisada. Viajaba desde el pueblo cacereño de Mirabel. Los triperos eran los anunciadores de aquellas matanzas familiares donde los muchachos los pasábamos a lo grande. Con los camiones de Guijuelo se cierra un ciclo. Un deje de tristeza me queda en el semblante, pues se llevan a mis amigos de las tardes soleadas y los ocasos sanguinos, que presienten ya el gélido alfanje de la helada; cuando los guarros buscan, con sus pasos patizambos, sus camas bajo las densas copas de las encinas. Y se los llevan para no volver a verlos nunca más. Es el pago que debo hacer, no como buen cristiano viejo sino más bien como heterodoxo descreído, para saborear, luego, el lomo adobado de la orza.
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Pasamos, deprisa y corriendo, a dar el parte semanal de la pandemia en nuestras tierras extremeñas. Todo indica que está bajando el número de contagios. A fecha del pasado viernes, 21 de los corrientes, el número de contagios se situaba en 2.922. Baja de los 3.000. Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia siguen a la cabeza de los infectados. Por áreas de salud, la única que baja de los 3.000 casos es Navalmoral de la Mata. Hay 223 personas hospitalizadas, de las cuales 28 están en UCI. El número de fallecidos desde el inicio de la pandemia es de 2.047.
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Aunque tendríamos cuerda para rato si sacáramos a orear todos los trapos sucios que amontonamos en el correspondiente muladar en lo referente a las razones del viaje regio a la comarca de Las Hurdes, programado para el próximo junio, vamos a ir cerrando capítulo con lo que creemos de mayor interés. Ya vemos que los medios informativos regionales, bajo el control de la Junta de Extremadura, comienzan a ir allanando el terreno para esa visita de Leticia y Felipe, con el fin de conmemorar y emprender todo un lavado de cara del viaje que hiciera el borbón Alfonso en junio de 1922. Un guion trazado por los mandamases de la Junta y que los periodistas deben acatar sin rechistar, sin contrastar opiniones ni entrevistar a los jurdanos que se oponen a tal montaje. ¡Viva el republicanismo y laicismo de algunos ¿socialistas? que se envuelven en la bandera borbónica y se calan las mitras de los obispos!
En la comitiva de Alfonso XIII también viajaba José García Mora, director del periódico ultraconservador, ultramonárquico y católico “El Debate”. Fue el único redactor seleccionado para cubrir la crónica de tal montaje pazguato, paternalista y cargado de cinismo, a juzgar por las conductas de gran parte de los que componían el séquito a caballo, empezando por el propio rey, cuyo lastre de ladrón, malversador, mujeriego y blanqueador de capitales le incapacitaba moralmente para emprender un supuesto viaje regeneracionista al territorio jurdano. Este periódico se ha vuelto a reeditar en octubre de 2021, siguiendo, más o menos, la misma línea editorial de sus fundadores. Fue clausurado y confiscado por la República nada más producirse el levantamiento armado del 18 de julio de 1936. Actualmente, su director es Bieito Rubido Ramonde (antes, los fue de ABC), personaje muy escorado hacia la derecha, como lo demuestra su colaboración con la cadena COPE y con la emisora radiofónica de ultraderecha “esRadio”. Las crónicas publicadas en “El Debate” sobre el impostado viaje y la comarca de Las Hurdes hurgan y se recrean en la bazofia y el lodazal, tal que las páginas escritas por Pascual Madoz, Marañón o Goyanes, o los fotogramas de Luis Buñuel.
Las crónicas periodísticas, aparte de revolcarse en la mierda, se inventan repugnantes bulos, como aquel que lo encuadran en el pueblo de Nuñomoral, donde Alfonso XIII y demás compañeros mártires instalaron las tiendas de campaña. Al parecer, al rey le entró ganas de tomar un café con leche. El servicio de intendencia disponía de café, pero no de leche. Entonces, el monarca envío a un escolta a buscar leche en alguna vivienda de la población. Llamó a la puerta de una casa y explicó lo que deseaba, haciendo hincapié que la leche “era para el rey de España”. La mujer que le atendió no disponía de leche al estar sus cabras en el monte, pero por no quedar a mal y teniendo mucha leche en sus pechos por estar lactando a un niño, cogió la lechera que traía el escolta, se metió para adentro y se ordeñó. El rey Alfonso saboreó con tantas ganas aquel café, que elogió por todo lo alto la leche traída por el escolta, invitando a los demás a probarla. Para agradecerlo, ordenó que avisaran a la paisana para que viniese. Se presentó con su marido. Era una hembra muy guapa y garrida. Cuando el rey ponderó la calidad de la leche, diciendo que estaba buenísima, el marido, a sana fe, le respondió: “¡Cúmu non va a ehtal güena si eh de los mesmus pechus suyus, que luh tiene arrebosandu! El relato es toda una majadería, sin pies ni cabeza. Por aquellas fechas de 1922, había en Las Hurdes más de 30.000 cabezas de ganado cabrío, que pastaban en los inmensos terrenos comunales, que sobrepasaban las 40.000 hectáreas. ¡Cómo para no haber leche en Las Hurdes!
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Cerramos ya nuestra crónica acudiendo en cata de nuestros poetas, que contribuyen a que el artículo siga gozando de un carácter heterodoxo, transversal y sin mojigaterías ni pelos en la lengua. Nos pasa su cuarta parte del poema “Oda Triunfal las Cigüeñas”, del poemario “Pan i Verea”, el buen camarada Ismael Carmona García, continuando con versos que encierran mucho misterio, que ni siquiera los clarividentes “zajurílih” jurdanos pueden desentrañarlo.
Oda Triunfal las Cigüeñas
Nengún termómetru poía
predizil essu.
Nenguna clessidra poía
75 asseñalal el precisu momentu.
No ai zahoril escapás
d’abriguá-lu leyendu ena Natura.
Salían cartas del borsillu la camisa
con un nombri aborrau
80 nel frontispiciu
que son hondeás pal orizonti las ralas esperanças:
pa casas sin buçón
i sin letol d’essus mensagis.
Nel viagi la tinta s’esperria
85 i se horman letrucas recarcás.
[8] Contri más largu vaigan
se golverán más inlegiblis.
Es el destinu las palabras
que abarban frutu dun volcán emberrinchinosu de sangri.
90 Entre milenta de seris
que son clonaus en serii
i tolas lenguas repetías
esponencialmenti nel infinitu,
voi hiziendu verea
95 por mé la guaña i el hocinu.
Al vuelo cazamos el folio, que al “Poeta de la Niebla”, que es quien nos lo lanza, no lo vemos. En él, figura el poema “Tripero” (poemario “Realismos Mágicos”), que viene al pelo para la primera parte de la crónica, donde se habla de las matanzas y de los vendedores de tripas.
TRIPERO
Carámbanos. Fríos. Enero.
Su recuerdo, soterrado
so blusón apizarrado
y bajo negro sombrero.
Oh, aquel tiempo matancero,
con alvino mazo a cuestas:
allá, trepando por cuestas;
acá, aballando hacia el pando.
Y tu cuerpo, siempre pando
por carga y efluvio a mestas.
Oh, tu jerga dialectal,
voceada en bombo bando:
- ¡Triperííííííu… pa embusaaaaaaal