La verdadera cara del engañoso Plan E. Paro-trabajo-Paro: Las medidas anticrisis de Zapatero duran un mes

Jose María Olmo

A Francisco Leandro, peón de profesión, le ha durado un mes el Plan E, la medida anticrisis estrella del Gobierno. El Ministerio de Política Territorial reconoció que los empleos de esta medida serían temporales.


Francisco Leandro Farrais, 31 años, tres hijos, peón de profesión, afincado en La Orotava (Tenerife), le ha durado un mes la medida anticrisis estrella del Gobierno. Y gracias. Del paro al Plan E y vuelta otra vez al paro en sólo 30 días. Los 1.300 euros que ganó en un mes asfaltando dos calles en el pueblo tinerfeño de Tacoronte se agotaron poco después de que su trabajo terminara el pasado marzo. Ahora estira el subsidio de desempleo, que sólo le da “para comer y para pagar”.

Francisco es uno de los 134.650 desempleados que han encontrado trabajo gracias al Fondo Estatal de Inversión Local, según los resultados oficiales del Ejecutivo. El problema es que, como le ha ocurrido a Francisco, apenas unas semanas después de la puesta en marcha de esta medida de urgencia muchos de esos empleos que contabilizan las estadísticas ya no existen.   

El Ministerio de Administraciones Públicas (ahora Ministerio de Política Territorial) reconoció en su día que los empleos que creara el Plan E serían temporales, pero eso no ha impedido que el Gobierno y el PSOE saquen pecho en la semana  de las Elecciones Europeas por el descenso del paro en 24.000 puestos de trabajo en el mes de mayo. Si la situación económica real no cambia, conforme avancen los meses y los proyectos licitados vayan concluyendo el efecto del Fondo de Inversión Local se diluirá como un azucarillo en el Atlántico que baña Canarias, la comunidad autónoma de España con más paro, un 26,12%, y precisamente una de las tres que no ha revertido su situación en mayo gracias al Plan E.
Dos calles

Francisco no tiene un trabajo estable desde octubre del año pasado. Era maquinista de una empresa de construcción; levantaba y desmontaba estructuras metálicas. “La empresa no iba bien. Después de varios meses sin cobrar le dije a mi jefe que prefería irme al paro, que por lo menos me iban a dar algo”, cuenta. Después echó currículos en varias empresas, dio aviso a sus conocidos y esperó una llamada. Hasta que Construcciones Hermanos Hernández González le telefoneó en febrero. Necesitaban un parado para lograr la adjudicación de un proyecto de 36.000 euros del Ayuntamiento de Tacoronte financiado por el Fondo Estatal de Inversión Local.

Francisco había tenido suerte sólo a medias. Porque el proyecto consistía en la repavimentación de dos calles de Tacoronte no muy largas. Inmaculada, responsable de la empresa que le contrató, explica que el proyecto duraba en realidad 15 días pero que le alargaron la nómina otros 15 para suavizar el trance. Después de 30 días haciendo zanjas con pico y pala para abrir camino a las máquinas de asfaltado, Francisco volvió al mismo sitio del que había salido. La empresa le dijo que le avisaría si volvían a tener trabajo para él, pero no ha tenido noticias.

“No me ha ayudado el mes de trabajo mucho pero algo es algo. Estiramos el paro como podemos. La casa en la que vivimos es propiedad del Ayuntamiento de La Orotava porque le corresponde a mi hijo de ocho años que sufre una minusvalía. De momento, aguantamos, pero algo de trabajito tiene que salir para que la cosa no siga así”, dice resignado. La única cuota fija que afronta es la letra del coche y dice que, por ahora, puede pagarla.
En casa del hermano

En una situación similar se encuentra uno de sus compañeros de faena en Construcciones Hermanos Hernández González, José Manuel Duarte García, contratado también de las listas del paro para el mismo proyecto de Tacoronte y segundo ejemplo de la fugacidad del Plan E.

Dos meses estuvo asfaltando calles José Manuel, 24 años, gallego de Carballo (La Coruña), afincado desde hace una década en Santa Cruz de Tenerife. De febrero a abril, y ni rastro de los 1.300 euros mensuales que recibió. Su camino de ida y vuelta al desempleo fue un poco más largo que el de Francisco  pero el resultado está siendo idéntico. “Ahora mismo estoy en paro y no estoy durmiendo en la calle porque me ayuda mi hermano. No tengo para nada, vivo de lo que me ayuda mi familia. El sueldo se acabó en seguida”, cuenta con voz apesadumbrada.

La empresa que le contrató se cruzó en su camino por azar, después de una año en barbecho repartiendo su hoja de servicios por media isla. José Manuel no tenía un empleo desde febrero de 2008, cuando terminó su contrato en el almacén de una fábrica de quesos. El pasado febrero, Construcciones Hermanos Hernández González vio su currículo y le llamó. Un respiro en medio de la desesperación, otro caso en los resultados gubernamentales. Pero cuando al Ayuntamiento de Tacoronte se le terminaron los fondos del Plan E, José Manuel dejó de hacer zanjas, firmó el finiquito y regresó al desempleo.

Explica que “la cosa está fatal”. “Entrego currículos por todos sitios. Me he movido y he visto varias empresas. Dicen que te van a llamar pero luego, nada. No sé qué hacer”.

Los 8.000 millones del Fondo Estatal de Inversión Local se acaban. A Francisco y José Manuel van a acompañarles al paro en breve otros puestos de trabajo no consolidados de Canarias y de toda España, aunque, por el camino y sólo por unas semanas, hayan engrosado con aspiraciones de perpetuidad las estadísticas de creación de empleo. Ellos son de los primeros pero las obras del Plan E de menor importe y plazo de ejecución más veloz ya están terminando y la medida exige que todas concluyan antes de fin de año, con algunas excepciones. Mientras tanto, el Gobierno pergeña una segunda edición del Fondo de Inversión para 2010. Puede que entonces tengan otra oportunidad (y que les dure más tiempo).
El punto de vista del pequeño empresario

Construcciones Hermanos Hernández González es una pequeña empresa familiar de Tacoronte (Tenerife). Fue la que contrató a Francisco y José Manuel para ejecutar un proyecto financiado por el Fondo Estatal de Inversión Local. Inmaculada, gerente de la empresa, cuenta que sólo han logrado un proyecto del Plan E y que no fue fácil. “Nos presentamos a varios concursos municipales y algunos rivales inflaban claramente el número de personas necesarias para hacer la obra, para sacar a más gente del paro y conseguir mayor puntuación”, cuenta Inmaculada. “Nosotros somos una empresa pequeña y no podemos hacer eso”. Las obras de Tacoronte, de 36.000 euros, que consistían en la repavimentación de dos calles, terminaron en sólo 15 días. “No queríamos despedir a Francisco y José Manuel en tan poco tiempo, así que intentamos prolongarles el contrato. Al final, somos nosotros los que damos la cara”. Inmaculada dice que aguantan la crisis como pueden y que, de momento, consiguen mantenerse con 12-15 empleados. Una obra privada que tienen en marcha les permitirá llegar a fin de año.

 

Comentarios
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Anónimo   |2009-06-07 13:23:46
YA LO HAN DICHO EN ESTE PERIÓDICO, PAN PARA HOY HAMBRE PARA MAÑANA.
Anónimo   |2009-06-07 13:30:01
Cuando se acaben los euros todos al paro.
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