Eulalia Gervás (UPyD)
Termina la campaña a muchos pies de tierra. En las antípodas del planteamiento de Unión Progreso y Democracia, el resto de partidos se han hecho un viaje por la estratosfera en sentido literal y figurado. Desde el Falcon, hasta los fumaderos de brotes verdes.
Estamos viviendo las cinco semanas en globo y sin ganas de volver, que cantaba Radio Futura. El relato de la política flotando por la irrealidad ensoñada en las nubes, el humo y los astros. El periodismo dando cancha al nacionalismo en TVE o al bipartidismo feroz en la prensa escrita. Los políticos haciendo dejación de funciones sin debatir para lo que se les ha convocado.
Con una camisa de flores y una hojita de papel en la que se estampaba el oráculo, leyó Leire Pajín, sacerdotisa primera del templo de Baal ex oficina de Pepe Blanco, la conjunción de los astros para el 2010 a cuatro días de las elecciones. Ya no hacen política, nos hacen el horóscopo. Como luchar contra el paro a base de loterías babilónicas. La astronomía dice que los astros están en conjunción cuando observados desde un tercero, la Tierra, se hallan en la misma longitud celeste. Ya es mucho usar “astro” para designar a un político porque esa apelación olvida su función central de servidor público durante un mandato. Pero sí funciona la simbología si tomamos como punto de referencia la astrología. Según la magia astrológica la conjunción de los astros configura la transformación del universo. Sus consecuencias, aseguran los magos, nos harán esperar cataclismos naturales y el nacimiento de un elegido que iniciará un nuevo periodo para la Humanidad. Doña Leire, interpreta que Obama y Zapatero serán los mesías que en enero darán lugar a la nueva era que espera la Humanidad.
Unión Progreso y Democracia ha planteado la campaña a ras de suelo haciendo debates en la calle y las plazas públicas con los ciudadanos, hablando de política y planteando la política como una construcción colectiva que está por hacer y que, por lo tanto, todos estamos llamados a pensar y decidir. El desarrollo de ese entramado es complejo pero es un deber del que deberemos dar cuenta si queremos mantener nuestro estatus de ciudadano. Esta vieja y potente idea sigue resultando revolucionaria.
Defendemos que si no participamos en construir la política, otro nos la hará como le venga en gana. Y si vamos dejando que se nos pasen los tiempos y la capacidad de tomar decisiones el estatuto que nos reconoce como ciudadanos libres e iguales, participantes en lo público, puede verse seriamente modificado en la práctica. Nuestro partido comprueba cada día que los ciudadanos no duermen. Pero, también a diario, comprobamos que la dosis de somníferos lanzada por los políticos y la mayoría de los medios de comunicación es tan alta como para adormilar a varios países a la vez. Vean si no el intento de Zapatero de aleccionar a los británicos sobre las venturas que les aguardan si continúan votando a Gordon Brown.
Estar a dos metros bajo tierra o subido al satélite, así nos quieren. La muerte civil del discrepante o seguidor acrítico del mesías. Este es el esquema que se sigue repitiendo en el escenario oficial de la política. Mientras, una gente que camina al ras de los demás se sube a un escalón en una plaza y convoca a los transeúntes a hablar de lo que pasa, de lo que nos pasa, de los problemas que tenemos y de cómo sería mejor darles solución. De Europa y de los nuevos retos. No hacemos horóscopos ni sacamos la bola de cristal. Unión Progreso y Democracia ha nacido del ingenio ciudadano para ejercer de tal y de la necesidad de combatir la impostura y la superstición política en que nos habían enclaustrado los partidos.
