Ana María Díaz Moreno
La hipoteca abierta de La Caixa es una trampa. Me explico: La hipoteca no es subrogable y, por tanto, obviamente, difícil de renegociar. Es decir, esa ley por la que el usuario puede cambiar su hipoteca a la entidad financiera que más le interese para ésta no vale. Como se lo digo…, si se quiere uno cambiar tiene que liquidar la hipoteca; con la consiguiente penalización incluida (del 2%, creo) y teniendo que afrontar todos los gastos de una nueva. O sea, la trampa obliga a la eterna fidelidad con la usura pues, no se lo pierdan, cuando ha llegado el día de la revisión de la que tengo me he encontrado con la desagradable sorpresa de que no sólo no bajaba (como anuncian cada día los medios de comunicación por la bajada del Euribor y del dinero) sino que ha experimentado una subida.

Según me explican los empleados de esta entidad (La Caixa), que, al parecer, tiene bula y no necesita cumplir la ley que obliga a los demás, el índice que ellos aplican no es el Euribor sino otro que ahora no recuerdo que, ¡viva España!, ha subido.

Ni que decir tiene que todo está muy claro: La Caixa no necesita que la rescate nadie, ya lo hacemos los incautos que contratamos esa hipoteca abierta que, paradójicamente, es todo un lujo de trampa, pues es más que cerrada.