Ana I. Martín

El PSOE ha empezado a combatir la soledad parlamentaria a la que irremediablemente se va a ver abocado cuando el PNV le confirme su demanda de divorcio a golpe de cerrojazo. El miedo a perder votaciones en el hemiciclo atenaza a los socialistas. ¿Cómo evitar que se produzcan esas situaciones? Si no hay votación, es imposible perderla.
Esa máxima es la que, a juicio de la oposición, ha motivado las últimas actuaciones de un Gobierno cuyo presidente presume habitualmente de "talante". El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha vetado esta semana el debate en el Congreso de nada menos que siete proposiciones de ley presentadas por el Grupo Parlamentario Popular en la Cámara Baja, todas ellas sobre asuntos económicos.
Lo ha hecho amparándose en una potestad que la ley confiere al Gobierno para echar el freno a las iniciativas parlamentarias que pueden suponer un incremento del gasto para los Presupuestos Generales del año en curso. Pero se da la circunstancia de que ningún Ejecutivo había recurrido a esa baza legal desde hacía años. El último en hacerlo fue Felipe González. El Gobierno de José María Aznar nunca invocó esta posibilidad legal para frenar debate alguno, ni tampoco Zapatero durante su primera legislatura.
¿Por qué ahora sí? Para populares y peneuvistas el motivo de fondo es claro: el PSOE no quiere verse obligado a exhibir su minoría parlamentaria en público. En un momento en el que sus apoyos en el Congreso escasean, por no decir que no existen. "Cuanto más nos veten más evidente será la soledad del Gobierno y del PSOE en el Congreso. Se les ve el plumero", afirmó Soraya Sáenz de Santamaría después de conocer la suerte que corrieron sus siete proposiciones de ley. Iniciativas en las que los populares proponían, entre otras medidas, reducciones fiscales para los colectivos más desfavorecidos y vulnerables ante la crisis.
Ni es la primera vez que el Gobierno frena al PP con esta treta ni los populares han sido los únicos agraviados, puesto que ERC y PNV también han sufrido el cerrojazo. Hace dos semanas, y como informó El Semanal Digital, Zapatero censuró con los mismos argumentos otras tres proposiciones de ley del PP. Una de ellas especialmente importante, puesto que solicitaba la ampliación del llamado cheque-bebé a las madres inmigrantes casadas con un español.
Ante esta situación, Sáenz de Santamaría decidió pedir amparo a la Mesa del Congreso, encabezada por José Bono. Pero su solicitud fue denegada. Esta vez hará lo mismo con esas siete iniciativas y, si Bono vuelve a darles un no por respuesta, recurrirán en amparo ante el Tribunal Constitucional. Lo que haga falta para luchar contra una mordaza que el PP se teme que será la tónica común durante lo que queda de legislatura.