Luis Alberto Casado


Si de algo adolece esta gente, los productores de Extremusika y otros muchos que parecen todos cortados por el mismo patrón, entre otras muchas cosas, es de
ética y principios profesionales. Y si algo les sobra, es una desmedida ambición y falta de escrúpulos y seriedad con los grupos, al menos con los extremeños, a los que ningunean colocándolos en los peores horarios de actuación, o trabajando sin cobrar directamente, a los que usan para aparecer en la foto de prensa y actuar gratis en sus casposas presentaciones. Son capaces incluso de llamar por separado a varios miembros del grupo a ver cuál es el que le pide menos dinero mientras pone a parir al otro integrante o al representante, capaces de
vetar a los grupos de tocar en otros festivales, con el consecuente perjuicio para las familias y malos rollos en las formaciones, aunque sean lejanos en espacio y tiempo.