¿Puedo poner un panel solar en mi casa? Situación legal de la energía fotovoltaica

Mikel Fuertes

Peaje al sol, primas, subvenciones, recortes, juicios, baterías, autoconsumo, balance neto, multas… No pasa una semana sin que leamos noticias sobre la energía solar fotovoltaica. Es de esas cosas que no deja indiferente a nadie. Para unos es la panacea que lo resolverá todo, para otros es la causa de todos nuestros males. Pero … ¿cómo está la ley?. Si me pongo un panel solar, ¿me van a subvencionar o me van a multar?

 

Tipos de instalaciones

Distinguiremos tres modalidades de generación de energía fotovoltaica:

Productor neto: los huertos solares que han ido apareciendo por nuestros campos, gestionados por empresas o cooperativas y que venden su producción a la red.

Autoconsumo en red: particular que pone unos paneles en su tejado para generar su propia energía, consumiendo la de la red cuando lo necesita y vertiendo a ésta sus excedentes.

Autoconsumo aislado: particular que instala unas placas para generar su propia energía, sin tener conexión a la red eléctrica y acumulando sus excedentes en baterías.

Productor neto

Hace unos años, nuestro gobierno decidió impulsar la fotovoltaica estableciendo unas primas por kWh generado. Se trata de primas, no de subvenciones a fondo perdido, ya que aumentar la producción de energía renovable reduce el uso de carbón y gas, bajando el precio que acabamos pagando. Dichas primas eran generosas y animaron a muchas empresas, pymes en su mayoría, a instalar sus huertos solares. La generación de electricidad dejaba de estar en manos de cuatro empresas.

Desde 2011, sucesivos gobiernos han ido recortado significativamente dichas primas (de manera retroactiva), lo cual ha provocado la quiebra de muchos pequeños inversores y unas cuantas demandas a nuestro gobierno en tribunales de arbitraje internacionales por cambiar las leyes del juego a media partida.

Y a todo esto, cuando un huerto solar entra en concurso de acreedores por no poder pagar sus deudas, en la subasta lo acaba comprando a precio de risa Iberdrola o Endesa. Que curiosamente fueron las que más presionaron al gobierno para que recortase las primas.

Autoconsumo en red



El precio de los paneles solares ha caído en picado y actualmente ya son asequibles para su instalación en un tejado particular. A partir de 400 euros, menos que una nevera, se puede comprar un kit (panel+inversor) que nos permitiría ahorrar unos 50 euros al año. Amortizado en 8 años, sin necesidad de subvenciones, y con una vida estimada de 25 años. El problema es que la energía solar no se genera a la hora que más la necesita un particular, y el almacenaje en baterías encarece mucho la instalación y complica el mantenimiento.

Los países civilizados han resuelto esto hace años con una ley de balance neto: si cuando le da el sol a mi placa estoy en el curro, inyecto la energía excedente a la red y mi compañía me la descuenta de la que gastaré por la noche, pagando un pequeño peaje por usar la red pública como almacenaje. La compañía vende mi energía al vecino jubilado, o al bar de debajo de casa, ahorrándose una fortuna en pérdidas ya que dichos kWh sólo viajarán unas decenas de metros.

Pero esto le supone a nuestras eléctricas una pérdida de ingresos considerable, ya que usaremos menos sus centrales de carbón, gas y nucleares. Y por eso nuestros gobernantes, preocupados por los negocios de sus futuros patronos, acaban de aprobar una ley de autoconsumo solar con la que llevaban dos años amenazándonos, en la que introduce unos cuantos palos en las ruedas:

Pagar por la energía generada y consumida instantáneamente en tu hogar (peaje al sol)
Pagar un fijo mensual según la potencia de tus placas (peaje de respaldo)
Otra mordida adicional si instalas baterías.
Prohibición de compartir una instalación solar.
Obligatoriedad de regalar a la eléctrica los excedentes
Burocracia y costes de legalización disparatados

En un próximo artículo, cuando podamos leer la ley con calma, detallaremos más estos conceptos y cuantificaremos el impacto. Pero si algo está claro es que el plazo de amortización de nuestra placa se va a parecer más a 8 generaciones que a 8 años. Y ante unas perspectivas tan negras, han arruinado al sector de fabricación de paneles (puntero en su día), e infinidad de pymes dedicadas a la instalación y mantenimiento.


Autoconsumo aislado
El uso de baterías nos permite cortar los cables y olvidarnos de las eléctricas para siempre. Pero tiene unos cuantos inconvenientes respecto al autoconsumo en red:

Las baterías no han bajado de precio tanto como los paneles.
Su vida útil es mucho más corta.
Ocupan un volumen considerable en la vivienda.
Se deben dimensionar para unos cuantos días nublados seguidos.
El proceso de carga/descarga/almacenaje tiene pérdidas.

Por ese motivo, el plazo de amortización de una instalación aislada es mucho mayor y sólo es rentable si no se dispone de red eléctrica cercana. Y por tanto no supone amenaza al oligopolio eléctrico. Y por tanto es legal… de momento. Porque cuando Tesla anunció recientemente el abaratamiento de sus baterías, le faltó tiempo al gobierno para escampar el rumor de un impuesto especial o directamente su prohibición.

Conclusión

Con la ley aprobada, instalar placas solares a nivel particular disponiendo de red eléctrica supone una inversión difícilmente rentable.

Con una ley similar a la de otros países, en que se remunere de manera justa la energía excedente vertida a la red, tendremos una oportunidad única para producir nuestra propia electricidad, reducir nuestra factura de la luz, depender menos de energías de origen fósil y crear puestos de trabajo en el sector. Sin necesidad de subvenciones.

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